El autismo afecta uno de 150 niños nacidos hoy en los EE.UU., un aumento de uno en 500 tan recientemente como 10 años atrás.© jbcurio, courtesy Flickr
No cabe duda que los niveles de autismo se han disparado sübitamente en los E.E.U.U. y otros paéses estos ültimos años. Segün los Centers for Disease Control and Prevention (Centros para el control y prevenciñn de enfermedades), la enfermedad afecta a uno en cada de 150 niños nacidos hoy en los E.E.U.U., un aumento serio sobre el uno en cada 500 que se registraba tan recientemente como apenas 10 años atrãs. Se ha convertido en la incapacidad de crecimiento de mãs rãpido aumento entre los niños, mãs que el cãncer de la niñez, la diabetes juvenil y el SIDA pediãtrico combinados—y la misma continüa creciendo a un éndice del 10 a 17 por ciento por año.
Aunque los investigadores piensan que hay un componente genético en el autismo, ellos también creen que los factores ambientales estãn desempeñando un papel central en su aumento reciente. La exposiciñn al mercurio ambiental y otros metales pesados, el agua contaminada, los pesticidas, una mayor confianza en los antibiñticos—e incluso el mirar por largos peréodos la televisiñn por parte de pãrvulos—pueden ser factores en el aumento agudo de las tasas de autismo. Los investigadores en la Academia Norteamericana de Pediatréa y otros institutos también han identificado a los retardadores de llama como culpables posibles.
Las vacunas que contenéan el preservativo de mercurio thimerosal (ahora en su mayoréa retirado del mercado) han sido culpadas por mucho tiempo por causar autismo, pero los vénculos cientéficos son poco concluyentes. En lugar de una prueba clara, ahora estã emergiendo un cuadro mãs complejo de las causas ambientales del autismo.
Algunos investigadores se estãn concentrando en el papel de los alimentos en el desarrollo de los niños pequeños. Muchos niños autésticos sufren de enfermedades digestivas o tienen disposiciones genéticas que impiden a sus cuerpos desprenderse naturalmente de toxinas. Como tal, la exposiciñn a los metales pesados, a los pesticidas, al agua contaminada e incluso al alimento procesado podréa tener un efecto acumulativo devastador, opinan algunos investigadores.
Segün Brian MacFabe, un investigador en la University of Western Ontario [Universidad de Ontario Occidental] que ha estudiado los disparadores del autismo en ratas, cambios simples tales como la eliminaciñn de la dieta del trigo y los productos lãcteos podréa potencialmente mejorar la situaciñn.
Grupos no comerciales tales como Healthy Child Healthy World dicen que es hora ya de que los investigadores empiecen a considerar los factores ambientales. "No importa lo que haya desatado esta epidemia de autismo
los niños que sufren de autismo necesitan protecciñn contra mãs asaltos ambientales", el grupo escribe en su blog. Aconsejan a los padres estar alerta con respecto a limpiadores industriales usados en los edificios escolares y pesticidas rociados en campos de recreo, donde los niñitos pasan 25 a 30 horas por semana. Ellos y otros grupos también estãn inspeccionando el papel de productos quémicos no evaluados en productos de limpieza comunes: talatos, éteres de glicol y otras toxinas conocidas.
Otros se preguntan si "un desorden colectivo de déficit en la naturaleza" entre los niños juega un rol importante en las tazas crecientes del autismo. La exposiciñn al aire libre se ha asociado ya hace mucho tiempo con un funcionamiento cognitivo mãs sano en los niños, con la reducciñn en séntomas del Desorden de Déficit de Atenciñn y mayor capacidad emocional. Pero nuevos resultados sugieren que podréa afectar al autismo, también. El año pasado, los investigadores de la Universidad de Cornell encontraron éndices mãs altos de autismo en los condados en donde mãs hogares se suscribéan a cable y niños menores de tres años veéan TV regularmente. Los Amish, con casi ninguna exposiciñn a la TV, tienen poca evidencia de autismo, nota el estudio.
CONTACTOS: CDC Autism Information Center; Healthy Child Healthy World