Entre muchas de las 'curas' tecnológicas que están siendo utilizadas por las empresas de servicios públicos para detener el avance del calentamiento planetario es 'el lavado del carbón' para filtrar impurezas. En la imagen aquí se ve una instalación de lavado de carbón ahora fuera de servicio en Clay County, Kentucky oriental.
Mientras que la mayor parte del mundo estã enfocado en cñmo reducir la cantidad de biñxido de carbono (CO2) y otros gases invernaderos que emitimos hacia la atmñsfera, muchos cientéficos e ingenieros alrededor del mundo estãn muy ocupados trabajando en varias tecnologéas de geo-ingenieréa—muchas de las cuales son sumamente teñricas—para mitigar el calentamiento climãtico y sus efectos. Muchos cientéficos se oponen a utilizar nuevas tecnologéas para curar problemas creados por tecnologéa vieja, pero otros ven esto como una manera rãpida y relativamente econñmica de resolver el problema ambiental mãs grave que enfrenta la humanidad.
Una de las teoréas propuestas para reducir el calentamiento climãtico implica desviar calor lejos de la superficie terrestre con protectores o satélites solares provistos de reflectores movibles. Los modelos de computadora sugieren que bloqueando un ocho por ciento de la radiaciñn solar havia la tierra contrarrestaréa contundentemente el efecto de calentamiento ocasionado por nuestra contaminaciñn CO2. La idea fue inspirada por los efectos de enfriamiento causados por erupciones volcãnicas grandes—como Monte Pinatubo en 1991—que lanzan partéculas de sulfato a la estratosfera. Estas partéculas reflejan parte de la radiaciñn del sol de vuelta al espacio, reduciendo la cantidad de calor que llega a la atmñsfera.
Otra “cura” tecnolñgica implica el “secuestro,” el almacenamiento de CO2 ya sea muy profundo en la tierra o el océano. Algunas de las empresas de servicios püblicos mãs grandes de la naciñn, que también “lavan” carbñn para quitar las impurezas, estãn trabajando para captar el CO2 que emiten y almacenarlo kilñmetros por debajo de la superficie terrestre. Los costos de tales tecnologéas han sido prohibitivos, pero nuevos reglamentos en el futuro cercano podréan forzar una decisiñn a corto plazo.
Otra teoréa importante, “la fecundaciñn de océanos,” trae consigo el desparramar polvo de hierro a través de los mares del mundo, proporcionando nutritientes para aumentar la cantidad de fitotoplancton que prospera en el capas superiores de agua. Por la fotoséntesis, estas plantas absorben CO2, que permanece teñricamente con ellas cuando se mueren y se caen al fondo del océano. Los experimentos iniciales no han estado a la altura de sus promesas, pero se estãn realizando mãs investigaciones.
Aun otro plan de alteraciñn de los mares para salvar el clima, “el control artificial del tiempo,” trae consigo reemplazar algo de
l ãcido carbñnico de los océanos con ãcido clorhédrico. Esto, la teoréa va, acelera el almacenamiento submarino de CO2 de otro modo destinado para la atmñsfera. Segün el doctor en Ciencia Planetaria y Terrestre de Harvard Kurt Zenz House, el control artificial del tiempo “acelera dramãticamente un proceso de limpieza que la naturaleza misma utiliza para acumulaciones de gas invernadero."
Aunque el costo de muchas de estas susodichas curas de “geo-ingenieréa” no seréan necesariamente prohibitivas en comparaciñn con el costo de transformar nuestra economéa global de energéa, el riesgo de consecuencias involuntarias pesa mucho aün entre los investigadores que las proponen. “Personalmente, como ciudadano y no cientéfico, no me gusta la geo-ingenieréa a causa del riesgo ambiental alto que la supone,” declarñ Ken Caldeira, un investigador con el Carnegie Institution of Washington de California, a New Scientist. “Es jugar con sistemas sumamente complejos y poco entendidos”. Pero también se pregunta: é“Es mejor permitir que se desplomen las capas de hielo de Groenlandia y permitir que los osos polares se ahoguen en su ruta a la extinciñn, o rociar algunas partéculas de azufre en la estratosfera”?
CONTACTOS: New Scientist; Science Daily
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