Semana del 16/07/2006

Querido DiãlogoEcolñgico: éPodréa explicar cñmo las sustancias quémicas desbaratan la funciñn hormonal, cñmo afectan la salud, y qué tienen que ver con el medio ambiente?

—Tom Rose, Oakland, CA

Muchos de los procesos del cuerpo humano, incluyendo la reproducciñn, la funciñn mental y el metabolismo, son controlados y regulados por hormonas, "mensajeros" quémicos fabricados por las glãndulas endocrinas. En el embriñn y feto, las hormonas guéan el desarrollo del cerebro, el sistema nervioso e inmunolñgico, los organos sexuales, y el hégado, la sangre y los riñones, entre otros ñrganos y tejidos.

Las hormonas trabajan uniéndose a "receptores", moléculas que existen en las superficies de las células y que conducen informaciñn dentro de ellas, iniciando asé ciertas acciones. En años recientes, los cientéficos han encontrado que ciertas sustancias quémicas sintéticas interrumpen este proceso al bloquearlo completamente, perturbando el ritmo—o sencillamente imitando a las hormonas naturales y pegãndosea las células ellas mismas. Tales sustancias han sido denominadas "trastornadoras de hormonas".

Desde los años 40, miles de sustancias quémicas han invadido el aire, el agua y los alimentos. Todo tipo de sustancias quémicas contaminan ahora virtualmente el mundo entero, y la persona media puede tener en su cuerpo mãs de 100 sustancias forãneas. En un estudio de mujeres encinta, la mujer promedio tenéa mãs de 286 sustancias quémicas en su sangre fetal.

Muchas de las peores sustancias han sido prohibidas o retiradas paulatinamente, pero persisten en el ambiente y sin duda seguirãn haciéndolo por siglos. Entre los culpables principales de las perturbaciones hormonales se ven: los PCBs, utilizados fuertemente en las industrias eléctricas hasta su prohibiciñn en 1978; los talatos, todavéa usados con frecuencia en la industria de plãsticos; y la dioxina, una de las materias quémicas mãs peligrosas, un subproducto del blanqueo del papel, la incineraciñn de desperdicios, la quema del carbñn, y otras actividades industriales.

Los efectos de esta creciente "sopa quémica" se vieron primero en la fauna. Los caimanes del lago Apopka, en Florida, no se han podido reproducir en años recientes debido al subdesarrollo de los machos juveniles. Las focas del Mar del Norte, expuestas a sustancias quémicas sintéticas, también han experimentado problemas reproductivos a la vez que sistemas inmunes suprimidos. Y varias colonias de gaviotas en California y otros puntos han sufrido pérdidas de poblaciñn serias después que materias quémicas interfirieron con sus capacidades de reproducciñn.

Segün Our Stolen Future (Nuestro Futuro Robado), coescrito por el Dr. Theo Colburn del World Wildlife Fund, la ex-reportera del Boston Globe Dianne Dumanoski, y el Dr. J.P. Myers, ahora Alto Consejero de la Fundaciñn de las Naciones Unidas, numerosas enfermedades humanas tienen su origen, asismismo, en las materias quémicas "trastornadoras de hormonas". Estas dolencias incluyen cuentas bajas de esperma y tasas altas de cãncer testicular y de la prñstata, y tasas altas de cãncer del seno, endomitriosis y embarazos ectñpicos en las mujeres. "Estamos hablando de exposiciñn a dñsis baja pero con efectos cumulativos", señala Holy Lucille, autora de Creando y Manteniendo Equilibrio: Guéa Femenina a la Salud Hormonal Natural.

Con tantas sustancias quémicas permeando nuestro medio ambiente, es casi imposible atribuir problemas especéficos de salud a sustancias especéficas. La gente puede protegerse un poco comiendo alimentos orgãnicos y eligiendo productos de cuidado e higiense personal sin sustancias quémicas. A la vez, pueden presionar a sus representantes y léderes del mundo de negocios para que reduzcan la cantidad de materias quémicas en la naturaleza.

CONTACTOS: Our Stolen Future [Nuestro Futuro Robado], www.ourstolenfuture.org.


Querido DiãlogoEcolñgico: éEs el bambü realmente una alternativa ecolñgica a la madera en la fabricaciñn del papel?

—Ali Forte, via e-mail

El bambü es un recurso renovable y de rãpido crecimiento, que se ha usado desde tiempo inmemorial en muchas partes de Asia para muchos productos, incluyendo el papel. Ahora con la disminuciñn dramãtica de los bosques de norteamérica, el bambü estã empezando a emerger como una alternativa viable a la pulpa de madera en la fabricaciñn de papel para consumo en el Occidente. El bambü tiene consistencia similar a la pulpa, y la mayoréa de las papeleras pueden adaptar sus maquinarias sin tener que hacer demasiadas modificaciones.

Por otro lado, eliminando los bosques para establecer plantaciones de bambü no suena como una soluciñn muy sensata desde un punto ecolñgico. Aaron Lehmer de ReThink Paper, un proyecto de Earth Island Institute, denuncia la rãpida expansiñn de las plantaciones de bambü en Asia Sudoriental como "alarmante", agregando que "estã implantando un nuevo status quo en el que los bosques naturales estãn mãs y mãs frecuentemente siendo desarrollados" para el cultivo del bambü con fines papeleros.

La mayor parte de este bambü estã alimentando papeleras en China y la India, dice Lehmer, pero la creciente demanda de norteamérica y Europa podréa vaciar las reservas actuales y obligar a los productores sudasiãticos a penetrar aün mãs los bosques vérgenes. Esto mermaréa los hãbitats de centenares de especies en peligro incluyendo aves, pandas, reptiles y anfibios. "Puesto que no hay normas internacionales o mecanismos de certificaciñn para el bambü, los productores de papel y los consumidores no tienen ninguna manera de saber si el bambü que compran proviene de ecosistemas en peligro", añade él.

De acuerdo a la World Bamboo Organization [Organizaciñn Mundial del Bambü], un grupo comercial, Asia tiene en la actualidad reservas de bambü cubriendo 12 millones de acres. Si la demanda de bambü aumentase, señala Lehmer, los ecosistemas de la regiñn sufriréan de seguro. Desde luego, los ambientalistas de India ya estãn denunciando a viva voz la extracciñn de bambü subvencionada por el gobierno Indio en los bosques supuestamente protegidos de la naciñn, incluyendo la Reserva de Tigres de Nagarjunasagar, uno de los ültimos hãbitats donde podréan sobrevivir estos grandes felinos en peligro de extinciñn.

ReThink Paper preferiréa ver a los productores de papel norteamericanos convertir sus fãbricas de papel para procesar los desperdicios agrécolas generados localmente, como el trigo y la paja de arroz. Estos son a menudo abundantes y baratos, y las compañéas podréan realizar ganancias sustanciales al conseguir materias primas de lo

s agricultores regionales interesados en desprenderse de desechos de "biomasa vegetal" de otro modo carentes de valor comercial. Esto es bastante inteligente desde un punto de vista ecolñgico, señala Lehmer, en comparaciñn a la importaciñn de astillas de bambü de lugares lejanos en aviones, barcos, trenes, y camiones que, en ruta, emiten toneladas de diñxido de carbono dañinos al clima del planeta.

El debate sobre la fabricaciñn de papel nos hace recordar que la sociedad moderna todavéa estã lejos de convertirse en una sociedad "sin papel", como muchos pronosticaron que lo haréa. Pero nuestra incapacidad de lograr esta meta todavéa no desmiente el valor de los esfuerzos tendientes a la conservaciñn. Cada persona puede contribuir a su manera, en la casa, en la oficina, o en la escuela para reducir el consumo de papel, aunque se trate de una hoja a la vez.

CONTACTOS: ReThink Paper, www.rethinkpaper.org; World Bamboo Organization, www.world-bamboo.org.