Semana del 25/06/2006

Querido DiãlogoEcolñgico: éAyudan realmente las plantas caseras a limpiar el aire interior?

—Jackson Schlemmer, Londres, Inglaterra

Uno de los resultados positivos de la crisis de energéa de los años 70 fue el desarrollo y adopciñn general de materiales de aislamiento para mantener la eficiencia energética interior. Desgraciadamente, sin embargo, muchos de estos materiales han comprometido la calidad del aire interno debido a su tendencia a emitir diversas toxinas que permanecen suspendidas en el aire, incluyendo formaldehido, tricloroetileno (TCE), bencina y otros compuestos orgãnicos volãtiles (VOCs).

Gran parte del alfombrado sintético, tapiceréa y pinturas utilizadas en el interior de las casas y oficinas también contiene gases nocivos que quedan atrapados debido al hermetismo de las construcciones modernas, todo lo cual con el tiempo produce acumulaciones serias. Y la mayoréa de los ambientadores sintéticos solo complican las cosas, agregando aün mãs VOCs al aire interior. Dado que la mayoréa de la gente pasa hasta 90 por ciento del tiempo puertas adentro, no es coincidencia que los casos de asma y otras enfermedades respiratorias han estado en aumento en años recientes.

El héroe improbable en esta historia puede ser en efecto la humilde planta casera. En un famoso estudio de 1984 de la Direcciñn Nacional de Aeronãutica y Espacio (NASA), inicialmente comisionado para encontrar maneras de limpiar el aire en bases y vehéculos espaciales, el investigador Bill Wolverton encontrñ que algunas plantas caseras ordinarias realmente limpiaban el aire contaminado. Encontrñ que los filodendros y plantas similares se destacaban filtrando el formaldehido del aire, las margaritas y crisantemos eliminaban el exceso de bencina interior, y que los crisantemos plantados y las lilas absorbéan el solvente desgrasador conocido como TCE.

Un estudio de NASA posterior, también hecho por Wolverton, certificñ que las plantas caseras removéan hasta 87 por ciento del aire tñxico interior en 24 horas. Y un estudio alemãn de 1994 reportñ que una sola planta clorofética podéa limpiar una pieza pequeña de formaldehido en solamente seis horas. Ademãs, las hiedras, el palmito de bambü, y las trepadoras también han demostrado ser altamente efectivas en la eliminaciñn de humo de cigarrillos y los olores nocivos del alfombrado y los limpiadores de casa repletos de sustancias quémicas.

éCñmo es posible que una simple planta casera sea tan efectiva en la limpieza del aire? La razñn estã en su habilidad bãsica de absorber diñxido de carbono del aire soltando al mismo tiempo oxégeno como parte del proceso fotosintético. Las plantas caseras hacen puertas adentro lo que otras plantas y ãrboles hacen ordinariamente al aire libre.

Para maximizar los beneficios de limpieza de aire por parte de las plantas caseras, se recomienda generalmente usar una planta por cada 100 pies cuadrados de espacio interior. Aparte de las plantas mencionadas anteriormente, otras buenas limpiadoras de aire incluyen las palmeras, los helechos, las drãcenas, las plantas de maéz, los higos llorones, cañas, orquédeas, los dãtiles y las plantas de hoja perenne chinas.

Por su parte, la Agencia Ambiental de los Estados Unidos (EPA) recomienda abrir las ventanas y dejar entrar el aire fresco tradicional como el mejor antédoto a respirar toxinas suspendidas en el aire en casas y oficinas. Pero muchos edificios modernos no permiten tales intercambios entre aire interno y externo, y es aqué precisamente donde las plantas caseras hacen toda la diferencia.

CONTACTOS: Plant-Care.com; www.plant-care.com/indoor-plants-clean-air-1.html.


Querido DiãlogoEcolñgico: éPor qué las bacterias modernas “resisten” los antibiñticos, derrotando los tratamientos médicos?

—Hugo Mestres, Seattle, WA

Los antibiñticos han jugado un rol importante en el control de las infecciones bacteriolñgicas desde que Alexander Fleming los descubriñ por primera vez en 1927. Pero la eficacia de las asé llamadas drogas milagrosas ha decrecido en años recientes ya que las mismas bacterias que deben controlar han estado mutãndose a formas nuevas que no responden al tratamiento. Muchos peritos médicos creen que este fenñmeno se debe directamente al mal uso y uso excesivo de los antibiñticos en años recientes tanto en medicina humana como agricultura.

Los doctores notaron la resistencia a los antibiñticos mãs de una década atrãs cuando niños con infecciones de oédo medio dejaron de responder a ellos. La penicilina como tratamiento para infecciones de estreptococo en la garganta también ha perdido mucho de su potencia. Y una variante bacterial estafilocoquéca recién descubierta no responde a los antibiñticos en absoluto, llevando a muchos destacados analistas médicos a pensar que ciertos “super microbios” podréan emerger eventualmente con resistencia incluso a las drogas mãs poderosas, haciendo incurables ciertas infecciones. Los Centros de Control y Prevenciñn de Enfermedades de EE.UU. (CDC) consideran la resistencia antibiñtica como una de sus “mãs urgentes preocupaciones” y “uno de los mãs créticos problemas de salud del mundo”.

Gran parte del problema, segün la CDC, es la tendencia de la gente de tomar antibiñticos para combatir virus, lo cual es inütil. Los antibiñticos combaten las bacterias, no los virus, y no combatirãn los resfréos, la influenza, la bronquitis, el romadizo, o el dolor de garganta que no se origina en un estreptococo. Sin embargo, dice la CDC, “se recetan mãs de 10 millones de cursos de antibiñticos cada año por condiciones virales que no se benefician con los antibiñticos”. Para controlar esto, un nümero creciente de doctores, incluyendo Randel Cardott, un internista afiliado con el Genesis Convenient Care, de Iowa, estãn proponiendo una actitud de “espera y observa” con respecto a la prescripciñn de antibiñticos, especialmente en casos como la infecciones de oédo medio que a veces prueban ser de origen viral y no bacteriolñgico. Cardott indica que los médicos europeos han usado este enfoque por años sin resultados adversos.

La reducciñn en el uso de antibiñticos en el tratamiento de dolencias humanas no encararã todo el problema. Los agricultores y los ganaderos usan los antibiñticos fuertemente también. En norteamérica, la producciñn industrial de carne de vaca, de puerco y de aves es un negocio inmensamente insalubre, y los antibiñticos se usan extensamente para prevenir enfermedades y también por razones no médicas, como estimular el crecimiento. En efecto, la Uniñn de Cientéficos Preocupados (Union of Concerned Scientists-UCS), una organizaciñn no comercial de investigaciñn y activismo polético, calcula que 70 por ciento de todos los antib

iñticos se usan como aditivos en la comida dada a cerdos, aves y ganado sanos. Estas drogas abandonan los cuerpos de estos pobres animales en materia fecal y orina y se escurren a las reservas de agua potable, ademãs que directamente en la cadena de alimentaciñn. “Sin embargo”, dice UCS, “el agrinegocio y la industria farmacéutica estãn luchando duro para neutralizar las restricciones en el uso de los antibiñticos en la agricultura”.

La organizaciñn Keep Antibiotics Working (Apoyando la Efectividad de Antibiñticos), una entidad sin fines de lucro, agita por eliminar el uso de los antibiñticos no necesarios en el ganado y aves sanas. En vez de buscar legislaciñn por el Congreso, el grupo estã tratando de convencer a los mayoristas y detallistas de carne a que dejen de comprar o vender voluntariamente cualquier carne que haya sido producida mediante el uso de antibiñticos con cualquier propñsito que no haya sido tratar animales enfermos. Los consumidores que deseen evitar los antibiñticos en la carne deberéan buscar productos orgãnicos en mercados de alimentos naturales.

CONTACTOS: UCS, www.ucsusa.org/food_and_environment/antibiotics_and_food/; Keep Antibiotics Working, www.keepantibioticsworking.com.