Semana del 26/2/12

© Hemera Collection/Thinkstock

Querido DiálogoEcológico: Leí que los fabricantes de autos habían aceptado aumentar los estándares de economía de combustible a un promedio de cerca de 55 millas por galón para el año 2025, y que los detalles deberían ser negociados hacia fines de 2011. ¿Sucedió esto y cómo va la cosa en este momento?

— Scott Ellis, Norwalk, CA

Después de años de disputar el asunto, las compañías de autos, los reguladores y los políticos finalmente se han puesto de acuerdo con respecto a estándares más altos de Economía Media Corporativa de Combustible (CAFE) para vehículos que operan en los caminos norteamericanos. Según el plan formulado por la administración de Obama, los fabricantes de automóviles duplicarán el promedio neto de economía de combustible de sus flotas de carros y camionetas a 54,5 millas por galón para 2025 del estándar actual de 27 millas por galón. Los fabricantes de automóviles que no cumplen con los estándares serán penalizados $5,50 por cada 0,1 millas de galón que no satisface el estándar, multiplicado por su producción total para el mercado norteamericano. Es probable que el Congreso promulgue este verano las nuevas reglas, que entrarán en vigor para el año modelo 2017.

Según la Casa Blanca es probable que los estándares más altos aumenten el precio unos $2.000 por vehículo para cubrir los costos de tecnología más cara, pero los conductores podrán ahorrar un promedio de $6.600 en gasolina durante la vida del vehículo. Las organizaciones ambientalistas agrupadas bajo el nombre Coalición Go60mpg indican que las nuevas reglas crearán casi medio millón de nuevos trabajos a la vez que rebajan el consumo doméstico de petróleo en 1,5 millones de barriles o más diarios para 2030.

“Los estándares llevarán a inversiones grandes y un renacimiento de la industria automovilística de EEUU [como] líderes globales en la innovación,” dice Roland Hwang, el director del programa de Transporte con el Consejo de Defensa de Recursos Naturales, uno de los seis grupos ambientales (junto con Environment America, la National Wildlife Federation, la Safe Climate Campaign, el Sierra Club y la Union of Concerned Scientists

que respaldan Go60mpg. Hwang estima que las nuevas reglas generarán $300 mil millones en ingresos extra para la industria automovilística de EEUU, por no hablar del bolsillo de los consumidores que se calcula retendrá $200 mil millones en ahorros de combustible. “Esto es cosa importante [y] algo que mantendrá a la industria automovilística de EEUU al frente de la innovación industrial”.

Además de los nuevos estándares CAFE para coches y furgonetas, la Casa Blanca está demandando una reducción del 20 por ciento en emisiones de gas invernadero para camiones y autobuses grandes para 2018. El impacto en términos de economía de combustible inherente en estas nuevas reglas para camiones se traducirá en unos $73.000 en ahorros de combustible para los camioneros durante la vida de un nuevo trailer y unos 530 millones de barriles de petróleo ahorrados para todos los camiones y autobuses grandes producidos entre 2014 y 2018.

Los críticos indican que nadie puede estar seguro cuánto añadirá la tecnología al costo de los vehículos, aparte de cómo podrían impactar las fluctuaciones en precios de gas, preferencias de los consumidores y la economía general en los tipos de carros que la gente querría manejar. Aunque las nuevas reglas representan una apuesta con respecto a estas variables, suficientes norteamericanos ven los beneficios de los vehículos más eficientes en combustible que sobrepasan las desventajas posibles. Por supuesto, los consumidores ambientalmente conscientes ya pueden comprar coches más eficientes en combustible—los Priuses, Volts y Leafs ya se ven por todos lados en las carreteras norteamericanas. Y si el Congreso no abandona su intención de pasar nuevas reglas, los carros más ecológicos serán estándar en el país y EEUU estará una vez más en la vanguardia de la innovación automotriz.

CONTACTOS: Go60mpg Coalition.


Querido DiálogoEcológico: Hay muchas áreas de EEUU donde se han visto “racimos de enfermedad”, en los cuales muchas personas se han enfermado, generalmente a causa de proximidad a una fuente de contaminación. ¿Qué se ha hecho para remediar la situación?

© Natural Resources Defense Council
— Michael Sorenson, Natick, MA

El Consejo de Defensa de Recursos Naturales (NRDC) define un “racimo” (clúster) de enfermedad como “un número excepcionalmente alto de personas afligidas por una enfermedad en un cierto lugar y momento”. La organización, junto con la National Disease Clusters Alliance (NDCA) [Alianza Nacional de Racimos de Enfermedad], informó en marzo de 2011 que había identificado 42 racimos de enfermedad a través de 13 estados de EEUU: Tejas, California, Michigan, Carolina del Norte, Pensilvania, Florida, Ohio, Delaware, Luisiana, Montana, Tenesí, Misurí, y Arkansas, todos escogidos para análisis, indica el informe, “en base a la ocurrencia de racimos conocidos en el estado, diversidad geográfica, o preocupaciones de ciertas comunidades acerca de un racimo de enfermedad en su área”.

Los departamentos estatales y locales de la salud responden a unas 1.000 indagaciones anuales acerca de racimos sospechados de enfermedad, aunque menos del 15 por ciento resulta ser “estadísticamente significativo”. Los epidemiólogos explican que los racimos verdaderos de cáncer implican típicamente sólo un tipo de enfermedad, un tipo raro de cáncer, o una enfermedad no generalmente encontrada en un grupo de edad específico.

Un ejemplo clásico de un grupo de la enfermedad está en Anniston, Alabama, donde residentes mostraron efectos cancerosos y no cancerosos, de tiroides y neurodesarrollo que creen fueron causados por escapes de varias sustancias químicas, inclusive PCBs. El culpable: un fabricante cercano de materias químicas de propiedad de Monsanto, según NDCA. Y verdaderamente un estudio de 2003 en y alrededor de Anniston por la Agencia Federal para Registros de Sustancias Tóxicas y Enfermedades encontró que uno de cada cinco lugareños tenían elevados niveles de PCB en la sangre.

Los racimos son polémicos “en parte porque nuestros criterios científicos para demostrar que exposición a A B causó enfermedad B…son muy difíciles de satisfacer,” dice Donna Jackson Nakazawa, autor de The Autoimmune Epidemic. “La gente se mueve, o se muere, o sus enfermedades nunca son diagnosticadas apropiadamente. ¿Cómo podemos demostrar nosotros, con todo estas variables, que una exposición tóxica en un área hizo que un grupo de personas cayera enfermo con un conjunto específico de enfermedades”? Nakazawa no es escéptica acerca de la existencia de los racimos de enfermedad. Ella forma parte de un coro creciente de voces que demandan que el gobierno no sólo remedie sitios existentes sino también prevenga en primer lugar que se desarrollen tales racimos de enfermedad mediante la introducción de estándares más rigurosos con respecto al uso y disposición de sustancias químicas.

“La política ambiental europea utiliza el principio preventivo—un enfoque a la salud pública que subraya la prevención de daño a la salud humana antes que suceda,” informa Nakazawa. En 2007 la Unión Europea aprobó legislación que fuerza a las compañías a desarrollar información sobre la seguridad de 30.000 sustancias químicas por toda una década, y emplaza la responsabilidad de demostrar la seguridad de sus productos a la misma industria química. “América está muy atrasada en este respecto, sin ninguna norma preventiva con respecto al uso de materias químicas,” agrega Nakazawa.

El NRDC dice que “hay una necesidad de mejor documentación e investigación de los racimos de enfermedad para identificar y atacar las causas probables”. Armados con mejores datos, los partidarios de controles más rigurosos de sustancias químicas podrían tener más probabilidad de convencer al Congreso para que reforme la anticuada Ley Sobre Sustancias Tóxicas de 1975 y usar los conocimientos más recientes acerca de la exposición a sustancias químicas para apoyar la imposición de estándares más altos de seguridad.

CONTACTOS: NRDC report.