Semana del 6/2/11

© CIMMYT/Flickr

Querido DiálogoEcológico: La población global continúa creciendo, así como la pobreza, el sufrimiento y la degradación ambiental que la acompaña. ¿Ha EEUU, bajo Obama, aumentado o restaurado por lo menos la ayuda al planeamiento familiar en países en desarrollo que fue eliminado cuando la administración de Bush recién asumió el cargo?

— T. Healy, por correo electrónico

En breve, la respuesta es sí. El presidente Obama está mucho más interesado en la planificación familiar alrededor del mundo que su antecesor jamás lo fue. Uno de los primeros actos de Obama al asumir su cargo en 2009 fue la restauración de financiación para el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU). George W. Bush había retenido unos $244 millones en ayuda al FPNU durante los siete años anteriores. El FPNU trabaja con países en desarrollo alrededor del mundo para “reducir la pobreza y para asegurar que cada embarazo sea deseado, cada nacimiento sea seguro, cada joven esté libre de HIV/SIDA, y cada chica y mujer sean tratadas con dignidad y respeto”.

La financiación restaurada de EEUU ayudará a la agencia a realizar sus objetivos de acceso universal a servicios de sanidad para la reproducción, enseñanza primaria universal y cerrar la brecha entre los sexos en materia de educación, reducir la mortalidad maternal e infantil, aumentar la expectativa de vida y disminuir la tasa de infección de SIDA.

Junto con restaurar la financiación de FPNU, Obama también revocó la llamada “Regla Global de Silencio” que prohibía a todos los grupos financiados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) de utilizar cualquier fondo del gobierno o de fuentes no estatales para “proporcionar consejo o información con respecto al aborto, o presionar un gobierno extranjero para legalizar o hacer que el aborto estuviese disponible”. Organizaciones extranjeras sin fines lucrativos no tenían ya permiso para utilizar fondos de EEUU para pagar por abortos, pero la Regla Global de Silencio—instituida primero como la Política de la Ciudad de México en 1984 por la Casa Blanca de Reagan, a continuación revocada por Clinton y luego restaurada por George W. Bush—fue más lejos al restringir los derechos de libertad de expresión de donantes de gobierno y ahogar el debate público con respecto a este tema contencioso. Las ONGS extranjeras que aceptan financiación de EEUU todavía no pueden realizar abortos, pero pueden discutir las opciones abiertamente con las familias que ellas sirven.

“Por demasiado tiempo la planificación internacional familiar ha sido utilizada como un asunto polémico, un tema de debate continuo que ha servido sólo para dividirnos,” señaló Barack Obama al revocar la política como uno de sus primeros actos en su cargo. “Es hora que terminemos la politización de este asunto”.

Por supuesto, los partidarios de una planificación familiar mayor están presionando a la administración de Obama para que aumente sus esfuerzos en el exytranjero aún más. El Instituto de Medicina, uno de cuatro “academias’ no lucrativas de expertos sin afiliación gubernamental recomendó la primavera pasada que EEUU incremente su inversión en la salud global un 50 por ciento sobre los $63 mil millones prometidos por la Casa Blanca de Obama para los próximos seis años.

Los grupos que proporcionan servicios de planificación familiar nacionalmente también querrían ver a la administración de Obama expandir la financiación de sus programas, no sólo para mejorar la calidad de vida de familias norteamericanas sino para ahorrar dinero y reducir los abortos también: Un informe de 2009 por el Instituto no lucrativo Guttmacher concluyó que los servicios de planificación familiar financiados públicamente en tanto hospitales como clínicas sin fines lucrativos ahorran a los contribuyentes $4 por cada $1 gastado al prevenir casi dos millones de embarazos y 810.000 abortos por año.

CONTACTOS: Alliance for the Prudent Use of Antibiotics; CDC; Pew Campaign on Human Health and Industrial Farming.


Querido DiálogoEcológico: Entiendo que el uso de antibióticos en la cría de animales amenaza hacer que las bacterias en general se tornen más resistente a los antibióticos, lo que tiene implicaciones graves de vida y muerte para los seres humanos. ¿Pueden Uds. aclarar y aconsejar qué es lo que se está haciendo acerca de esto?

© Farm Sanctuar
— Robert Gelb, Raleigh, NC

La mayoría de los médicos estarían de acuerdo que los antibióticos—que evitan las infecciones bacterianas del estafilococo a la salmonella y la pulmonía bacteriana—están entre las herramientas más importantes de la medicina moderna. Pero los partidarios de la salud pública, los ecologistas e incluso muchos médicos se preocupan ahora acerca del uso excesivo o erróneo en nuestra sociedad de los antibióticos, lo que está haciendo que las bacterias sean cada vez más resistentes, limitando así la eficacia de estas drogas esenciales.

La resistencia bacteriana a nuestros antibióticos significa simplemente enfermedades más largas, más graves y más costosas. La Alianza para el Uso Prudente de Antibióticos, una organización sin fines lucrativos que conduce investigaciones alrededor del mundo sobre resistencia antibiótica, estima que la resistencia antibiótica ha sido responsable por más de $16 mil millones anuales en costes adicionales al sistema de asistencia médica de EEUU en los últimos años. Los Centros de Prevención y Control de Enfermedades de EEUU (CDC) consideran la resistencia antibiótica como una de sus principales preocupaciones.

Aunque el uso incorrecto de antibióticos para problemas de salud humanos es definitivamente una preocupación—aquellos con una necesidad válida de antibióticos que no terminan sus recetas, por ejemplo, podrían ayudar efectivamente a las bacterias a desarrollar resistencia y hacerlas más fuerte para cuando infecten su próximo anfitrión—un problema mucho más grande es el abuso de antibióticos para tratar el resfriado, la gripe y otras infecciones vírales que no implican bacterias. Entre más antibióticos utilizamos en forma frívola, más rápido desarrollarán resistencia las bacterias, haciendo obsoletas muchas de las drogas de las cuales depende la medicina moderna.

De preocupación aún más grande es la preponderancia de antibióticos utilizados en la granja. “Los antibióticos a menudo se utilizan en granjas industriales no sólo para tratar animales enfermos sino para también compensar [los efectos de salud] ocasionados por el hacinamiento y la deficiencia de salubridad, así como para estimular el crecimiento animal,” informa la Campaña Pew Sobre Salud Humana y Agricultura Intensiva. En efecto, los investigadores estiman que hasta el 70 por ciento de todos los antibióticos vendidos en EEUU se dan a animales sanos para alimento para facilitar artificialmente su crecimiento y compensar los efectos de condiciones antihigiénicas de granja. “El uso rutinario de antibióticos en animales de alimento presenta una amenaza grave y creciente a la salud humana porque crea nuevos tipos de bacterias peligrosas resistentes a los antibióticos”, indica Pew.

En vista de esto, ¿qué podemos hacer para reducir el uso excesivo e incorrecto de antibióticos? Para empezar, no debemos recetar ni utilizar antibióticos para tratar infecciones virales. Además de ser responsables con nuestros propios cuerpos, nosotros también debemos instar a los agricultores a que reduzcan el uso de estas drogas. Pew y otros grupos están tratando de reunir apoyo público para el proyecto ley de Conservación de Antibióticos Para Tratamiento Médico (PAMTA, H. 1549/s. 619), que si se aprobase como ley retiraría de la producción de animales de consumo el uso rutinario de siete clases de antibióticos esencialmente importantes a la salud humana a menos que los animales estén enfermos o las compañías farmacéuticas puedan demostrar que su uso no daña la salud humana. Cientos de grupos, inclusive la Asociación Norteamericana de Médicos, la Academia Norteamericana de Pediatras, la Sociedad de Enfermedades Contagiosas de EEUU y la Organización Mundial de la Salud apoyan la legislación. Pew insta a los ciudadanos concernidos con este problema a que llamen sus Representantes y Senadores y demanden que la legislación entre a discusiones de comité.

CONTACTOS: UNFPA; USAID; Institute of Medicine; Guttmacher Institute.