Semana del 7/8/11

© Open Cage

Querido DiálogoEcológico: Según lo que entiendo, “Los Canjes de Deuda por Naturaleza” son convenios mediante los cuales los países pueden borrar deuda al conservar la tierra. ¿Se están haciendo estos días?

— Bill Hunt, Topeka, KS

El concepto de canje de deuda por naturaleza, por lo cual una porción de la deuda externa de un país en vías de desarrollo se perdona a cambio de inversiones locales en proyectos ambientales de conservación, se remonta a mediados de los años ochenta cuando Thomas Lovejoy de la organización sin fines lucrativos World Wildlife Fund (WWF) primero lo propuso como una manera de manejar los problemas de la deuda de países en vías de desarrollo y las consecuencias negativas de esta para sus recursos naturales y ambientes diversos.

La teoría va que si un país con, digamos, selvas tropicales valiosas, está hasta las orejas en deuda, venderá o de otro modo agotará tales recursos naturales, en vez de protegerlos o conservarlos, para recaudar el dinero requerido para saldar sus deudas. Los canjes de deuda por naturaleza por lo tanto pueden ser mecanismos financieros útiles para ayudar a los países a reducir la deuda sin destruir sus recursos naturales más valiosos.

Desde que el primer canje fue negociado con Bolivia (para proteger su Reserva Biosférica de Beni y áreas adyacentes) por la Conservation International en 1987, muchos grupos nacionales de gobierno y conservación han entrado en tipos semejantes de negociaciones de intercambio de deuda por naturaleza, especialmente en países tropicales que contienen especies diversas amenazadas de flora y fauna. Costa Rica ha canjeado decenas de millones de dólares en deuda para proteger algunas de sus pluviselvas más prístinas y biológicamente productivas.

En 1998 el gobierno de EEUU aprobó la ley de Conservación de Bosques Tropicales para codificar los canjes de deuda por naturaleza, inclusive dando la bienvenida formalmente a grupos no comerciales Conservation International, la Nature Conservancy, WWF y otros para ayudar a negociar los convenios y supervisar la implementación de iniciativas locales. Un informe de 2010 del Servicio de Investigación del Congreso encontró que desde 1987, los canjes de deuda por naturaleza han encauzado más de $1 mil millones hacia iniciativas de conservación de bosques tropicales en vez de dirigirlos de vuelta a los cofres de naciones acreedoras.

Pero muchos menos tratos ocurren hoy día por varias razones. Para empezar, dice el Servicio Congresional de Investigación, otros acuerdos de reestructuración y cancelación de deuda han reducido la deuda de países en vías de desarrollo apreciablemente más que mediante canjes de deuda por naturaleza. Otro es que el concepto ha caído un poco en estimación. Algunos expertos afirman que los beneficios financieros son exagerados, que los fondos son dirigidos a países menos necesitados, que la deuda externa no es un factor primario de deforestación y otros problemas ambientales, y que la financiación no se traduce necesariamente en una implementación efectiva de estrategias de conservación.

Crítica aparte, algunos tratos todavía se hacen. En 2008, Francia perdonó $20 millones de dólares en la deuda debida por Madagascar para ayudar a esta nación rica en biodiversidad a triplicar el tamaño de sus áreas protegidas y así salvaguardar mejor su flora y fauna autóctona. En 2010, EEUU perdonó $21 millones en deuda brasileña para financiar varias iniciativas de protección de ecosistemas de Brasil en sus selvas tropicales que están todavía silenciosamente desapareciendo. EEUU también ha perdonado deuda de las Filipinas, Guatemala y Perú en los últimos años a cambio de esfuerzos de conservación en el campo. Y Alemania y Holanda cada una ha perdonado también algunas de sus deudas externas a naciones tropicales para estimular la protección forestal. De este modo, aunque los canjes de deuda por naturaleza no son tan populares hoy como lo eran en otro tiempo, ellos son todavía una herramienta clave en el arsenal de ecologistas que buscan promover la conservación en países tropicales.

CONTACTOS: WWF; Conservation International, The Nature Conservancy.


Querido DiálogoEcológico: Me he enterado de algo llamado la Red de Cafés Ecológicos. ¿Qué es esto y qué están tratando lograr para el ambiente?

— Jane Stevenson, Los Angeles, CA

© Steve Rhodes
La Red de Cafés Ambientalistas (GCN), un proyecto del Earth Island Institute, un grupo sin fines lucrativos, procura reducir los impactos ambientales del pueblo norteamericano “verdeando” la industria de los cafés y vinculando la cultura de los cafés a la concientización de la comunidad en cuestiones ecológicas. Educando y trabajando con los propietarios de café y el personal, GCN ayuda a miembros de la red a reducir desechos, ahorrar energía, conservar agua y aumentar su influencia en la comunidad. Los más de 30 cafés de GCN dispersos a través de California del norte (así como uno en la Ciudad de Nueva York y otro en Keshena, Wisconsin) están comprometidos a reducir sus huellas de carbón, promover la responsabilidad ambiental y operar generalmente en una manera tan sostenible como sea posible.

El método de GCN es usar la influencia de instituciones clave—los cafés de vecindario y el enamoramiento de los norteamericanos con el café—para tratar de despertar la conciencia ambiental e incitar acción individual. La idea es que cuando la gente ve su café local como un ejemplo positivo de prácticas empresariales ambientalistas y de apoyo a la comunidad, hay un efecto dominó, y la comunidad se fortalece por consiguiente.

Para los cafés interesados en unirse a la cadena, GCN proporciona servicios de consultoría personalizados para ayudar a los propietarios a reducir sus huellas ecológicas, aumentar y hacer más eficientes sus operaciones, y dar un ejemplo visible bueno de responsabilidad ambiental para la comunidad en general. Los servicios pueden cubrir áreas específicas en necesidad de atención, como la conservación de energía y agua, la reducción de desechos, la minimación de sustancias tóxicas y la procuración ecológica, así como esfuerzos para “verdear” el negocio de arriba a abajo. La GCN también puede servir como consultor en asuntos de construcción y diseño ecológico y remodelado de edificios, a través de la vida útil de un café. Con un eslogan de proyecto como “Adora Nuestro Planeta Como un Latte,” ¿cómo puede uno no aprobar lo que está haciendo GCN?

Los cafés y las cafeterías pueden tomar medidas para encalzar consideraciones ambientales con operaciones de negocio aún sin estar asociados con GCN. El sitio web The Barista Exchange, por ejemplo, ofrece un tesoro de información y sugerencias sobre la ecologización de cafés y cafeterías a través de la reducción de energía y desechos, las compras según canones ecológicos, y el procuramiento de café orgánico a precio justo. Las cafeterías de EEUU sirven aproximadamente 25 millones de tazas cada día, así que pueden hacer una diferencia inmensa si pasan a ser ambientalistas.

Por su parte, el principal detallista de café de la nación, Starbucks, ha sido un pionero en la “ecologización” de la industria del café, y la compañía considera la cuestión ambiental una prioridad. Con programas dedicados a aumentar el reciclaje, conservar energía y agua, procurar granos de café más ecológicos, utilizar técnicas sostenibles de construcción y materiales en nuevas tiendas, y compensar emisiones de carbón, Starbucks ha trabajado dura para dar un buen ejemplo verde.

Por supuesto, los propietarios de café y su personal no son los únicos responsables de ecologizar su hábito de café. Ud. puede jugar un rol también. Un lugar obvio para comenzar es traer su propio tazón reutilizable a llenar con su mezcla predilecta para reducir el desperdicio de tazas de cartón. Y solicitar café procurado mediante comercio justo ayudará a asegurar salarios dignos para los trabajadores de los cafetales y enviar un mensaje a los propietarios de cafés que usted valora hacer lo correcto.

CONTACTOS: Green Cafe Network; Barista Exchange; Starbucks Environmental Stewardship.