Semana del 22/7/12

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Querido DiálogoEcológico: Hemos estado oyendo por años cómo la producción de carne de vaca es mala para el ambiente y mala para nuestra salud. ¿Cómo se comparan en este sentido el pescado, la lechería y las proteínas vegetales en función de su impacto sobre el ambiente y la salud?

— Julia Saperstein, por correo electrónico

No todos los tipos de proteína son creados iguales en cuanto a sus implicaciones ambientales y de salud al consumirlos. Un estudio de 2011 por la organización sin fines lucrativos Environmental Working Group

(EWG) encontró que “diversas carnes y sistemas de producción tienen impactos diferentes sobre la salud, el clima y otros aspectos ambientales”.

La cantidad de abonos químicos, de combustible y de otros “insumos de producción” utilizados, las diferencias en condiciones de suelos y sistemas de producción y el grado en que se han implementado mejores prácticas tales como cultivos de sombrío, apacentar intensivo o gestión del estiércol, todo afecta la cantidad de emisiones de gas invernadero que un producto de carne termina engendrando. A saber, el cordero, la carne de res, el queso, el puerco y el salmón cultivado “convencionalmente” (por ejemplo con insumos que incluyen hormonas y antibióticos y comida derivada de cosechas crecidas con pesticidas y abonos químicos) fueron identificados por EWG como las fuentes de la mayoría de los gases invernaderos.

EWG se afilió con la empresa de análisis ambiental CleanMetrics para evaluar los impactos climáticos a través de mediciones de ciclo vital de 20 tipos populares de carne, pez, lechería y proteínas vegetales. La evaluación de EWG calculó la huella completa de carbón “de principio a fin” de cada artículo alimentario basado en las emisiones de gas invernadero engendradas antes y después de que dejó la granja—de los pesticidas y abonos utilizados para cultivar alimentos de animales al pastoreo, cría de animales, procesamiento, transporte, cocinado e incluso disposición de alimentos no usados (ya que los norteamericanos botan un 20 por ciento de la carne comestible).

Según EWG, el cordero convencionalmente criado, la carne de res, el queso y el puerco también engendran, kilo por kilo, más desechos contaminantes. De éstos, el cordero tiene el impacto más grande, seguido por la carne de res y enseguida por el queso—de modo que los vegetarianos que comen productos lácteos no están impunes. La carne de res tiene más de dos veces las emisiones de puerco, casi cuatro veces más que el pollo y más de 13 veces las de proteínas vegetales como frijoles, lentejas y tofú,” resume EWG.

En el frente de salud, el EWG indica que “comiendo demasiado de estas carnes más generadoras de gases invernadero aumenta la exposición a toxinas y el riesgo de una gran variedad de problemas graves de salud, inclusive las enfermedades cardíacas, ciertos cánceres, la obesidad y, en algunos estudios, la diabetes”.

Aparte de eliminar enteramente las proteínas de origen animal, lo mejor que podemos hacer para nuestra salud y el ambiente es reducir nuestro consumo de carne y escoger solamente carnes de animales alimentados humana y orgánicamente con pasto, así como huevos y lechería obtenidos por métodos similares. “En términos generales, estos productos representan las elecciones menos perjudiciales y más éticas,” dice EWG, agregando que los productos derivados de animales alimentados a base de pastizales o en pradera son típicamente más nutritivos y llevan menos riesgo de contaminación bacteriana. “Aunque mejores prácticas de gestión pueden reducir demostrablemente las emisiones generales y el daño ambiental, la manera más efectiva y eficiente de reducir emisiones de gas invernadero e impactos ambientales del ganado son sencillamente comer, malgastar y producir menos carne y lechería”. Para más información, examine en línea la guía gratuita de EWG, Meat Eater’s Guide [Guía Para el Carnívoro”].

CONTACTOS: EWG Meat Eater’s Guide.


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Querido DiálogoEcológico: ¿Por qué fueron apagados todo el día algunos sitios web de ambientalistas el 4 de junio pasado? ¿Fue eso una protesta de algún tipo, o fueron pirateados?

— Ned Cooper, Detroit, MI

No se trató de piratas informáticos esta vez. De hecho, un grupo de organizaciones ambientalistas y de justicia social que representan millones de canadienses apagaron sus sitios web durante 24 horas este 4 de junio pasado para protestar los esfuerzos del Primer Ministro conservador de Canadá Stephen Harper para empujar un proyecto presupuestario que debilitaría apreciablemente las protecciones ambientales.

Las organizaciones que dirigen el apagón incluyen la Asociación Canadiense de Médicos para el Ambiente, la Canadian Parks and Wilderness Society, la Fundación David Suzuki, Ecojustice, Greenpeace, Naturaleza Canadá, el Club de Sierra Canadá, el Fondo Mundial de Fauna Canadá, y varios otros. Más de 13.000 otros sitios web—inclusive los de muchos grupos prominentes verdes norteamericanos inclusive el Sierra Club—también tomaron parte en el apagón y continúan apoyando el llamamiento para protecciones más fuertes no más débiles para el medio ambiente. Reportea la página web Black Out Speak Out: “Los cambios ambientales son especialmente antidemocráticos e inquietantes dado el grado de sumisión a los intereses poderosos de la industria del petróleo exhibido por el gobierno. ..”

Los líderes verdes dicen que la razón por la cual Harper apoya esta política es porque está interesado en expandir y explotar las arenas de alquitrán y depósitos de gas de Canadá, que constituyen la segunda mayor reserva de petróleo en el mundo (después de los de Arabia Saudita). “Los ataques de Harper suceden por muchas razones, particularmente el éxito que han tenido los grupos ambientales de Canadá, EEUU y Europa en amenazar lo que el Gran Petróleo desea más: la expansión ilimitada de las arenas de alquitrán y oleoductos como Keystone XL para enviar su petróleo alrededor del globo,” reportea Michael Marx, director de la campaña “Transcendiendo el Petróleo” del Sierra Club de EEUU, en el sitio web del Huffington Post. “Puso los intereses de la industria del petróleo primero y no se dio por aludido cuando se trató de imponer las leyes acerca de contaminación de aire y agua, especies en peligro de extinción y la salud de comunidades río abajo”.

Marx dice que “las compañías petroleras de arenas de alquitrán están destruyendo un bosque prístino del tamaño de Inglaterra, acelerando la tasa de cambio del clima, causando la muerte de miles de lobos, osos, pájaros migratorios, y caribú, y lixiviando sustancias químicas tóxicas en ríos, como se ha visto en las comunidades río abajo que enfrentan un alza en sus tasas de cáncer”.

Según Marx, el gobierno de Harper está tratando de desarmar la oposición amenazando el estatus caritativo (y así la capacidad de recaudación de fondos) de los grupos verdes que se oponen a las arenas de alquitrán, sujetándolos a requisitos onerosos de declaración de impuestos para atascar su trabajo con litigaciones y papeleos. “‘Black Out, Speak Out [Apagón, Protestar] es una advertencia que el Gobierno de Harper ha ido demasiado lejos,” dice Marx. “Esta protesta ha reunido una gama diversa de canadienses para defender su democracia y el derecho de tener un debate abierto acerca del futuro de su país”.

“Es de esperar que Black Out, Speak Out [Apagón, Protestar] movilizará miles de canadienses y Harper aprenderá que es una cosa de atacar a los ecologistas y bastante otra atacar la libertad de expresión,” dice Marx. “Si el gobierno de Harper insiste en esta política represiva, deberá esperar que el contragolpe se esparza por Canadá, EEUU y Europa”.

CONTACTOS: Black Out Speak Out; Huffington Post; Sierra Club.