Semana del 24/06/2007

Querido DiãlogoEcolñgico: éExiste prueba de los vénculos entre el cãncer del seno y las sustancias quémicas en el medioambiente? éO es que los investigadores creen que la mayoréa de estos cãnceres son causados por factores genéticos?

—Bettine Carroll, New York, NY

Una investigaciñn de avanzada coordinada por el Instituto no comercial Silent Spring y publicado recientemente por la Sociedad Norteamericana del Cãncer encontrñ que sustancias sintéticas han jugado probablemente un rol decisivo en la creciente incidencia de cãncer del seno a través del mundo durante el ültimo medio siglo. El estudio identificñ 216 sustancias artificiales—incluyendo productos ordinarios como pesticidas, comésticos, tinturas, drogas y gasolina *y escape diesel)—que han mostrado tener capacidad de causar cãncer en animales. Los peritos creen que estas sustancias, muchas de las cuales "imitan" hormonas naturales una vez que son absorbidas por el cuerpo, también tienen culpa por la prevalencia ascendente del cãncer de seno humano.

Segün la epidemiñloga Devra Lee Davis de la Escuela Graduada de Salud Püblica de la Universidad de Pittsburgh, y uno de los peritos prominentes en el nuevo estudio, entre mãs hormonas circulan por el cuerpo de una mujer durante su vida, mãs alta la probabilidad de que ella desarrolle cãncer del seno. Las sustancias quémicas que imitan a las hormonas aumentan el riesgo, ya que el cuerpo no sabe la diferencia entre sus hormonas propias y los otros materiales exñgenos. Solamente una de 10 mujeres que desarrollan cãncer del seno heredan un gene deficiente de sus padres, añade Davis, significando que en un 90 por ciento de los casos de cãncer del seno estudiados, agentes externos no genéticos (sustancias quémicas sintéticas) contribuyeron al desarrollo del cãncer.

Otra clave contundente es el hecho que el riesgo de cãncer del seno de niños adoptados es anãlogo al riesgo de la familia en que crecieron, no la de sus familias biolñgicas, como se ha probado al anazlizar los registros médicos de paéses escandinavos que mantienen detallados dossiers de la poblaciñn del nacimiento a la muerte. "Lo que entendemos is que el cãncer circula en familias y esto podréa ser porque la familia tiene pautas similares de alimentaciñn, de estilos de vida, y también han habitado las mismas ãreas", declara Davis. "Es realmente importante que echemos otro vistazo a
los tipos de sustancias quémicas que usamos cotidianamente", añade ella. "Creo que existen alternativas que podemos usar".

El gobierno de Estados Unidos ha mostrado poco interés en instituir nuevas restricciones con respecto a la producciñn de sustancias quémicas altamente provechosas, pero los reglamentadores europeos estãn tomando el problema muy en serio. El nuevo Programa de Registro, Evaluaciñn, Autorizaciñn y Restricciñn de Asuntos Quémicos de La Comisiñn Europea (REACH) requiere que los fabricantes de materias quémicas que vendan en cualquier parte de Europa vuelvan a registrar y evaluar los riesgos potenciales de salud—incluyendo del cãncer—que representan sus productos. Los activistas del ambiente y de salud püblica esperan que las compañéas de quémica norteamericanas sigan ese ejemplo y hagan lo mismo acã.

Mientras tanto, los consumidores pueden ayudar a prevenir el cãncer al comprar y comer alimentos orgãnicos, evitar pesticidas y otros materiales sintéticos quémicos cuanto sea posible, usando contenedores no plãsticos para recalentar y almacenar comidas (algunos materiales quémicos pueden filtrarse a la comida cuando se calientan), y apoyando reglamentos del gobierno y mãs investigaciones sobre sintéticos y sus efectos.

CONTACTOS: Silent Spring Institute; European Commission’s REACH Program


Querido DiãlogoEcolñgico: éCuãl es la poblaciñn y situaciñn actual de los grandes maméferos africanos, tales como elefantes, leones, rinocerontes, e hipopotamos? éEstãn todos ellos enfilados a la extinciñn?

—Elias Corey, Seattle, WA

En general, la variedad y abundancia de la fauna salvaje africana, como ocurre en todo el mundo, estã desapareciendo rãpidamente a medida que la poblaciñn humana crece y se entromete en lo que eran hasta recientemente paisajes virginales y silvestres. Aunque la caza ilegal (que aün se conoce en Africa como "caza furtiva") todavéa ocurre sin muchas restricciones reales a pesar de los esfuerzos frecuentes de los gobiernos, la extensiñn de las actividades madereras y de la agricultura contribuyen aün mãs al declive de muchas especies de grandes maméferos.

La poblaciñn del maméfero mãs grande del continente, el elefante africano, ha empeorado en mãs de 99 por ciento desde los años 1930, cuando existéan al menos 10 millones de estas majestuosas criaturas. El ültimo censo, segün los biñlogos, indica que solamente quedan 600.000 elefantes en toda el Africa.

Las poblaciones de elefantes van mucho mejor en zonas del Africa del Sur, donde gracias a esfuerzos de conservaciñn masivos del gobierno, incluyendo la prohibiciñn del comercio en marfil como parte de tratado CITES firmado por 144 naciones (Convenciñn Sobre Comercio Internacional en Especies en Peligro de Fauna y Flora), que limita el comercio en animales salvajes y sus partes y asigna diversos niveles de protecciñn a mãs de 33.000 especies de plantas y animales.

La poblaciñn africana de hipopñtamos también estã sufriendo, en parte debido a la misma prohibiciñn sobre el marfil. Expulsados del comercio del marfil, muchos cazadores ilegales de Africa se han tornado a los dientes de los hipos, los que a menudo pueden alcanzar 24 pulgadas y han pasado a ser un sustituto valioso del marfil. Un censo de hipopñtamos del año 2003 en el Parque Nacional de Viruga en la Repüblica Africana del Congo, por ejemplo, encontrñ solamente 1.300 animales, una caéda estrepitosa de los estimados 29.000 animales de un censo previo tres décadas atrãs. En el paés vecino de Burundi, otro censo reciente encontrñ que dos tercios de la poblaciñn de hipos—unos 200 animales—habéan desaparecido sñlo en un peréodo de cinco años.

En lo que concierne a los rinocerontes, solamente quedan 10.000 animales alrededor del mundo, una caéda de un 85 por ciento solamente del año 1970. La caza furtiva ha sido la causa principal de la decimaciñn de estos animales con solamente un solo par de cuernos de rinoceronte negro—codiciados por los ãrabes en el paés rico en petrñleo del Yemen, que los coleccionan como sémbolos de riqueza y prestigio—alcanzando un precio de $50.000 dñlares en el mercado negro. Una de las dos especies de rinocerontes de Africa, el rinoceronte blanco, estã enfrent

ando condiciones ligeramente mejores y sus nümeros se han recuperado del abismo pero la situaciñn no estã clara aün. Sin embargo, el rinoceronte negro, reducido a solamente alrededor de 2.500 animales, se considera todavéa créticamente en peligro. A pesar de que en su tiempo el rinoceronte negro vagñ por todo el continente africano, en estos momentos se encuentra apenas aferrado a la vida en un puñado de naciones del Africa Oriental.

A los leones les puede estar yendo un poco mejor pero no mucho. La organizaciñn no comercial Fundaciñn de Fauna Salvaje Africana informa que la poblaciñn continental de leones ha caédo un 50% desde principios de los años 1950, cuando se estima habéa mãs de 40.000 "reyes de la selva". Ademãs de luchar con la pérdida de territorio debido al constante crecimiento de la poblaciñn humana, los leones han tenido también que lidiar con la caza y el envenenamiento por parte de rancheros.

Aunque esfuerzos limitados de conservaciñn tanto en Africa como en otros paéses ayudan a que algunas de estas especies se las arreglen para sobrevivir precariamente, la lucha contra la extinciñn es una lucha extremadamente difécil, especialmente cuando la pobaciñn humana en expansiñn y las economéas frãgiles obligan a la gente a ocupar tierras anteriormente vérgenes y generar ingresos de cualquier manera posible. La gente puede ayudar donando dinero y tiempo a organizaciones dedicadas a salvar estos magnéficos animales. Con el reloj de la extinciñn avanzando rãpida e inexorablemente. no hay tiempo que perder.

CONTACTOS: African Wildlife Foundation; Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora (CITES)