Semana del 29/8/10

Querido DiãlogoEcolñgico: éDebo temer la exposiciñn a la radiaciñn asociada con escãneres médicos como de tomograféa, mamogramas y cosas por el estilo?

—Shelly Johansen, Fairbanks, AK

La respuesta breve es
quizã. Los créticos de la industria de salud norteamericana postulan que la alta propensidad de nuestra sociedad a hacer exãmenes buscando enfermedades puede de hecho causar mãs de ellas, especialmente en el caso de escãneres médicos. En efecto, la dosis de radiaciñn de un escãner tépico de CT (abreviaciñn de tomograféa computada y comünmente conocida como un “escãner cat”) es 600 veces mãs fuerte que una radiograféa torãcica ordinaria.

Un estudio de 2007 hecho por la Dra. Amy Berrington de Gonzãlez del Instituto Nacional de Cãncer proyectñ que los 72 millones de escãneres tomogrãficos realizados anualmente en EEUU (no incluyendo escãneres realizados después de un diagnñstico de cãncer ni los hechos a fines de la vida) probablemente causarãn unos 29.000 cãnceres resultando en 15.000 muertes dos a tres décadas mãs tarde. Se cree que los escãneres del abdomen, la pelvis, el pecho y la cabeza son los mãs probables que causen cãncer, y los pacientes entre 35 a 54 años de edad son los mãs probables que provoquen cãncer a consecuencia de escãneres tomogrãficos que cualquier otro grupo de edad.

Otro estudio encontrñ que, entre norteamericanos que recibieron escãneres de CT, mãs del 20 por ciento tuvo un positivo falso después de un escãner y el 33 por ciento después de dos, significando que tales pacientes estaban recibiendo dosis inmensas de radiaciñn sin buena causa. Y aproximadamente siete por ciento de esos pacientes fueron sometidos a procedimientos médicos invasivos e innecesarios a raéz de sus escãneres engañosos. Los escãneres de CT son hoy mucho mãs comunes que en décadas anteriores, exacerbando asé el daño potencial de positivos falsos y la exposiciñn excesiva a la radiaciñn.

Críticos de la industria de la salud postulan que la alta propensidad de nuestra sociedad a hacer exámenes médicos puede en realidad estar causando más enfermedades, especialmente en el caso de escáners. La dósis de radiación de un escáner típico es 600 veces más grande que la de una radiografía ordinaria del pecho© Getty Images

“Los médicos y sus pacientes no deben descuidarse con respecto a los peligros de la radiaciñn o nos arriesgamos a crear una bomba de tiempo con la salud püblica,” dice la Dra. Rita Redberg, un cardiñlogo con la Universidad de California-San Francisco. “Para evitar aumentar innecesariamente la incidencia de cãncer en años futuros, cada clénico debe evaluar con cuidado los beneficios esperados de cada escãner de CT e informar completamente a sus pacientes de los riesgos conocidos de radiaciñn”.

Los escãneres tomogrãficos no son la ünica preocupaciñn. Los mamogramas son ahora rutinarios para mujeres sobre 40 años de edad. Pero algunos estudios sugieren que estos tipos de investigaciones pueden causar mãs cãnceres que lo que previenen. A causa de esto, el U.S. Preventive Services Task Force (Grupo de Trabajo Norteamericano Sobre Servicios Preventivos), financiado por el gobierno federal, ahora recomienda que las mujeres no consideradas como de alto riesgo para el cãncer de mama esperen cumplir 50 años antes de empezar mamogramas—y entonces obtenerlos solamente cada dos años en vez de anualmente. Sin embargo, la Sociedad Norteamericana del Cãncer afirma que tal restricciñn tendréa como resultado la muerte innecesaria de mujeres a causa de la demora en exãmenes.

Las mujeres con una historia familiar de cãncer de mama pueden exponerse a un riesgo mayor. Los investigadores de la Universidad del Centro Médico de Groningen en los Paéses Bajos encontraron que cinco o mãs radiograféas—o cualquier exposiciñn a la radiaciñn—antes de la edad de 20 en mujeres de “alto riesgo” aumentaba la probabilidad de cãncer de mama ulterior dos veces y medio.

Los pacientes deben hacer todo lo posible para aclarar con sus médicos si y cuãntos exãmenes son imprescindibles para identificar anormalidades sospechosas. Nuestro conocimiento de los riesgos involucrados en los exãmenes radiogrãficos sñlo nos ayudarã a hacer decisiones mejor fundadas acerca de nuestra salud.

CONTACTOS: National Cancer Institute; American Cancer Society; University Medical Center Groningen.


Querido DiãlogoEcolñgico: éQué estã pasando con varios programas iniciados a través de los años en EEUU para retornar a ciertas especies de animales salvajes a la naturaleza que habéas sido puestas en peligro o amenazadas? éY tienden a estar los ecologistas en favor o en contra de tales esfuerzos?

—Susan Adams, Owl’s Head, ME

Lobos, como los que se ven en la imagen, fueron exterminados en la región del Yellowstone 90 años atrás, pero ahora están prosperando ahí tras un programa de reintroducción comenzado en 1995. Hoy existen meas de 170 lobos comunes en el parquet.© George Green, U.S. Army Corps of Engineers

Del punto de vista de la salud de las especies y ecosistemas, las tentativas limitadas de reintroducciñn de animales de rapiña en Estados Unidos han demostrado ser en su mayor parte muy exitosos. El lobo gris, extirpado por los cazadores en la regiñn del Yellowstone unos 90 años atrãs, ahora prospera allé después de un programa polémico de reintroducciñn iniciado en 1995, cuando el Servicio Nacional de Parques soltñ 31 lobos en el vasto interior despoblado de parque. Hoy hasta 170 lobos vagan por el parque y sus alrededores, mientras la poblaciñn de alces—que estaba denudando muchos paisajes icñnicos del parque en ausencia de su animal de presa principal—ha caédo un 50%, en lo que muchos ecologistas ven como una situaciñn en que todos ganan.

Otros esfuerzos de reintroducciñn a través de EEUU también han tenido éxito. Del lince en Colorado al cñndor en California al hurñn de patas negras en las Llanuras, los cientéficos estãn satisfechos con lo bien que las especies reintroducidas se han adaptado a sus nuevos alrededores. Como resultado, muchos conservacionistas ahora ven la reintroducciñn de especies icñnicas de fauna como clave para la restauraciñn de paisajes naturales que de otra manera se degradaréan en forma seria.

“Cuando exterminamos gatos grandes, lobos y otros cazadores salvajes, perdemos no sñlo especies prominentes, sino también el proceso ecolñgico evolutivo mãs importante de regulaciñn de arriba a abajo,” dice la organizaciñn sin fines lucrativos Rewilding Institute, agregando que la recuperaciñn de carnévoros nativos grandes debe ser el punto central de cualquier estrategia de conservaciñn en ãreas donde tales animales de rapiña han desaparecido. “Lobos, pumas, linces, los glotones, los osos pardos y osos negros, los jaguares, las nutrias de mar y otros importantes carnévoros deben ser restaurados a través de Norteamérica en densidades ecolñgicamente efectivas en sus gamas naturales donde quedan hãbitats convenientes o donde puedan ser restaurados”.

No todo el mundo estã enamorado de los programas de reintroducciñn de fauna, a pesar de su éxito. En cuanto a la reintroducci&#241

;n de lobos de Yellowstone, los rancheros que operan en tierras privadas fuera de los lémites del parque todavéa se quejan de la amenaza de lobos libres que atacan furtivamente su ganado. En respuesta, Defenders of Wildlife, un grupo sin fines lucrativos, ha implementado su Trust Para Conservaciñn de Lobos, segün el cual fondos donados se usan para pagar rancheros el valor justo de mercado de cualquier animal perdido a causa de predaciñn de lobos. El grupo espera que el fondo “eliminarã un factor clave en la oposiciñn polética para la recuperaciñn de los lobos” al cambiar la carga econñmica de la recuperaciñn de lobos de los productores de ganado a los que apoyan la reintroducciñn del lobo.

Algunos ambientalistas también se oponen a las reintroducciones de fauna. Un argumento es que los seres humanos “han jugado a ser Dios” ya bastante y deberéamos poner fin a los jugueteos con la fauna y ecosistemas, especialmente ya que el impacto a largo plazo es generalmente siempre incierto. Y algunos defensores de los animales tienen aversiñn a tales estrategias de una perspectiva humanitaria: “Los programas de reintroducciñn sujetan animales salvajes a captura y manejo, que es siempre estresante para ellos, y finalmente los puede poner en la lénea de fuego de agricultores que estãn ya enfadados con los programas de reintroducciñn de animales de presa,” afirma People for the Ethical Treatment of Animals (PETA), agregando que, cuando se reintroduce animales de rapiña en un ãrea donde han estado mucho tiempo ausentes, las especies de presa tienden a dispersarse y “sus modos de vida y pautas de comportamiento se alborotan y terminan patas arriba.

CONTACTOS: The Rewilding Institute; Defenders of Wildlife; (PETA), People for the Ethical Treatment of Animals.

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